Alameda Examen final

Vamos arriba Manuel,
que de hoy no quiero pasarlo;
hemos de aclarar un punto,
que es necesario aclararlo.

Desde hace un tiempo ya,
nos venimos preguntando;
¿cómo se puede cambiar,
de la forma que has cambiado?

¿Dónde estuvo nuestro error?
¿cúal ha sido mi pecado?
Tú sabes que te he tenido,
en el pedestal más alto.

He querido hacer de ti,
el más fuerte y el más sabio;
¿Cómo puedes despreciar,
la vida a tus quince años?

¿Qué más puedo hacer por ti?
se me acaba la paciencia.
Yo no quiero ni pensar,
qué haré si te suspendieran.

¿Qué es lo que ocure Manuel?
Es que has perdido la lengua.
Por que no das solusión,
a este sencillo problema.

No supo que responder,
si organizar sus ideas;
el miedo lo aprisionó,
de los pies a la cabeza.

Esa tarde caminó,
por todas las alamedas.
Qué amarga la soledad,
sentida por vez primera.

La luna ya se alejó,
como si a ocultarse fuera;
y es tan profundo el dolor,
que hasta el alma se me hiela.

Qué batalla comenzó;
¡Ay! Que cruel lucha sin tregua.
Buscaba el amanecer,
y lo venció la tiniebla.